lunes, 4 de enero de 2010

Herencia perdida

Quisiera saber cuántas personas vascas o gallegas o catalanas o valencianas o mallorquíes les han tenido que enseñar a hablar. Me pregunto esto, pues es muy típico, en esta bendita tierra que llaman de la luz o de la alegría, que a una persona le tengan que enseñar a hablar. Recuerdo ahora mismo los casos de Rosa ("triunfita"), de Reyes (jugador del Sevilla fútbol club) y Rocío Jurado (cantante). Claro está, nadie me podrá convencer que hasta que no consiguieron "la fama" estas personas no eran capaces de hablar o ¿es que alguien se cree que Reyes no hablaba con sus padres o vecinos?. ¿O a lo mejor Rosa se comunicaba con su gente a través de un lenguaje de signos que sólo y exclusivamente entendían los de su tierra?. ¿O la hija predilecta de Chipiona, que en paz descanse, quizás sólo se comunicaba con sus seres queridos a través de dibujos o escritos?. No amigos, no. Yo creo otra cosa, claro que Reyes, Rosa o la propia Rocío hablaban perfectamente con sus familiares y amigos, el problema estaba cuando tenían que hablar delante de una cámara o ante personas que no conocían, en ese caso se quedaban en blanco, no le salían las palabras, en ese caso hasta tartamudeaban o balbuceaban cosas ininteligibles...
Uno que ya lleva algo vivido y viajado (no todo lo que debiera y quisiera) siempre me acuerdo de una anécdota que viví en un pueblo valenciano, con una mujer de mediana edad. Esta mujer nos explicaba cuál era el menú para ese día y claro está, ni yo sabía valenciano ni ella era capaz de explicarme con cierta claridad, en castellano, cuál era ese menú. Menos mal, que entre los que allí estábamos había un valenciano hablante y él fue nuestro traductor.
Os cuento esta anécdota pues en ella se pone de manifiesto por qué a las personas valencianas no les tienen que poner una persona para enseñarles a hablar. Ellos han sabido defender la forma de hablar de sus mayores, ellos lo han defendido, como lo deberíamos haber hecho nosotros. Sin embargo, nosotros nos hemos dedicado a reírnos de Reyes o Rosa. Nos hemos dedicado a llamar "incultos", "analfabetos" o "pueblerinos" a estas personas que no eran capaces de expresarse de una manera "correcta". Nosotros, en definitiva, nos hemos reído, sentido vergüenza ajena, de su manera de hablar...
Os recomiendo que escuchéis una canción popular de la Comunidad Valenciana llamada "tío Canya" (en castellano es tío Caña) que cuenta la historia de un hombre de un pueblo valenciano que en plena dictadura va a la capital a "arreglar" unos papeles. Pero este hombre no sabía hablar castellano, claro está, cuando estuvo en Valencia se reían de él, pues consideraban al valenciano como un idioma de pueblo y por tanto, de gente "inculta". Tío Canya regresó a su pueblo sin haber podido "arreglar" dichos papeles y avergonzado por la actitud de sus convecinos. Sigue contando esta canción que con el paso del tiempo sus nietos fueron a la ciudad a estudiar en la Universidad. Esto hizo que sus propios nietos olvidaran el valenciano y que sólo supieran hablar en castellano, cuando volvieron a su pueblo a visitar de nuevo a su abuelo "el tío Canya", este no reconoció a sus nietos como nietos suyos (a pesar de ser personas con "estudios" y "cultas") ya que no era capaz de entenderlos.
¡Claro que ya no tiene sentido defender lo que hace tiempo que está perdido!. ¿Cómo es el idioma o dialecto o habla andaluz?... ¿Cómo se habla en Gradada? ¿O cómo se habla en Córdoba? ¿O quizás cómo se habla en Sevilla?
No amigos, ya no hay vuelta atrás, la guerra está perdida, podéis seguir llamando incultos, analfabetos o pueblerinos,... a aquellas personas que se avergüenzan de expresarse en público.
Ahora sí, recordad que le estáis llamando incultos, analfabetos o pueblerinos a vuestros propios abuelos.

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