sábado, 4 de febrero de 2012

¡No con mis impuetos!


Esta semana estuve viendo uno de esos programas televisivos que siempre ponen a horas de poca audiencia, eran las 1:00 de la madrugada, no recuerdo el nombre del programa, pues ya estaba empezado cuando zapeando lo encontré. En él se hacía un reportaje sobre varias familias que habían desahuciado o estaban a punto de desahuciar, lo peor del reportaje fue los datos que ofrecieron, se decía que sólo en la Comunidad de Madrid se desahuciaban diariamente a 150 familias, cosa que me estremeció y me indignó a la vez, recordando que los que ordenaban estos desahucios eran los mismos señoritos subvencionados que se atreven a darnos lecciones de economía, los mismo que han engañado, vendiendo productos estrellas, a personas mayores que luego o no valen nada, haciendo perder todos los ahorros de toda una vida, o son amortizaciones perpetuas que aún cuando no pierdan el dinero no pueden recuperarlo nunca, los mismo que concedieron hipotecas cada vez mayores sin apenas garantías, por cierto, ¡bien que te cobraban el estudio de las garantías que ellos mismos te hacían!, además de hacerte firmar seguros de vida y de vivienda super-caros. Y cuando las cosas se les ponen mal, se les inyecta dinero de todos los españoles, hasta el punto de llevar al Estado a la ruina y ellos en vez de solidarizarse y aportar su granito de arena al bien común, se suben los sueldos, se blindan en sus puestos de trabajo con indemnizaciones millonarias por si les obligan a dejar el cargo y no conforme con todo ello ahora les quitan a las personas que están pasando una mala racha sus viviendas, sin acordarse que cuando ellos han pasado esta mala racha todos hemos arrimado el hombro.
Visto lo visto, amigos, deberíamos haber dejado caer a los banco que no pudieran haber hecho frente a sus pagos y no es por nada, sino que a eso se le llama Mercado Libre.
Para despedirme de vosotros, os dejo una última reflexión, sólo la solidaridad entre nosotros hará que salgamos de esta situación que estamos viviendo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

El secreto de la felicidad


Amigos y amigas foreros, hoy os puedo confirmar que he descubierto el secreto de la felicidad. Curiosamente, inmerso en esta crisis donde no se puede ni leer un periódico, ni escuchar una radio y mucho menos ver la tele, pues todo el tiempo se nos está recordando lo mal que andamos y el montón de sacrificios que tendremos que hacer para poder mantener nuestro "nivel de vida".
Tuve la gran suerte de escuchar una conferencia a cargo de la psicóloga Pilar Sordo en internet, donde exponía una investigación que ella había realizado sobre el comportamiento humano, cuya conclusión me llamó poderosamente la atención, pues decía que el ser humano se quejaba por naturaleza y más en estos tiempo de la dichosa crisis que por culpa de nuestro "nivel de vida y la gran tasa de paro, las personas ya nos habíamos endeudado tanto para seguir comprando esas cosa que nos hacen "felices" y que ahora no podíamos pagar (vamos, que hemos puesto la carreta delante de los bueyes) esto nos quitaba el sueño, nos dejaba sin dormir, cuando lo que verdaderamente debería quitarnos el sueño es si hemos dicho, demostrado a nuestros seres queridos todo lo que las queremos (permitirme la redundancia).
Eso, amigos del alma, debería ser la única causa de nuestra pérdida de sueño, lo demás sobra y no es importante...
Por ello, os lo digo públicamente, lo que a veces no he sido capaz de expresar ni con mis palabras ni con mis actos, sin vosotros no soy nadie y por ello os llevo dentro en mi alma.
Hoy soy algo más feliz, espero que esto os ayude tambien a vosotros.

martes, 23 de agosto de 2011

Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la Fe


No podría pasar por alto, la visita del Santo Padre a nuestro país debido a las JMJ, por cierto, todo un éxito tanto organizativamente como de participantes. Ver a tantos jóvenes unidos por unas mismas creencias de vida, por lo menos a mí, me ha llenado de fuerza y esperanza. Esta sociedad aún no está perdida, aún hay personas que no sólo piensan en sí misma, sino todo lo contrario, ponen sus fuerzas al servicio del otro. He estado hablando con jóvenes que han estado en estas jornadas y vienen con nuevas fuerzas. He escuchado a los voluntarios, que por cierto, no han cobrado un euro (son verdaderos voluntarios). He escuchado la voz del Santo Padre. (¿Qué mal representará este buen hombre para que sea tan duramente criticado?) Y todos ellos me han inspirado la misma conclusión. PAZ Y ESPERANZA

domingo, 7 de agosto de 2011

Yo también estoy indignado

Y es que es fácil indignarse en esta situación de absoluta inestabilidad, claro que mi reflexión va más allá, ¿alguien de nuestra clase política puede explicarme como si yo fuera un niño, por qué debo hacer los sacrificios que se me piden? ¿A qué se está intentando salvar por encima de derechos que costaron sangre, sudor y lágrimas a nuestros antepasados? No puede ser que nos pidan que nos jubilemos a los 67 años porque nuestro sistemas de pensiones no está garantizado, cuando con dinero público hemos rescatado a nuestros, bueno, a sus bancos, esos que no hace mucho decían que nos sacáramos un plan de pensiones privado, pues el sistema público no se sostenía.
No puede ser que rescaten a la CAM inyectando de nuestros bolsillos 3.500 millones de euros y luego pretendan que paguemos cuando vayamos a las Urgencias de un Hospital. ¿Quién inyecta dinero a esas familias que por esta maldita crisis están perdiendo sus casas? Cuando nuestros amigos los banqueros sufren, ahí está papá estado para ayudarles, pues "el sistema" así lo exige, pero cuando el que pasa apuros es Pepe, Ana o Manuel... ¡Ay Dios, no han sabido administrar sus recursos en tiempo de bonanzas! porque lo que es el papá estado, en estos casos se convierte en "el acusica de la clase" señalando y justificando las acciones "legales" que están previstas para poder embargar, sancionar a estos incautos y en estos casos lo que inyectan son los administradores judiciales que dan el visto bueno a dicho embargo, ¿no hay por ahí un panfleto u hojilla de papel mojado que llamamos constitución, que por cierto, se suponía que estaba por encima de cualquier otro norma, que entre sus artículos decía algo así como derecho a una vivienda y derecho a la dignidad humana...?.
Pedir sacrificios a las personas debe estar suficientemente justificado y ha de ser el mismo sacrificio para todos y creo y pienso que no es así. ¡Ah, por cierto! ¿alguien me puede explicar, para que yo lo entienda, cómo es que la deuda francesa es muy superior a la nuestra y la de ellos no está en tela de juicio?, ¿o la deuda de Alemania?... No lo entiendo y me indigno.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Carta al señor Puigcercós


Señor Puigcercós, le escribo la presente carta para decirle que después de sus declaraciones quisiera decirle que ya definitivamente soy la peor persona que existe en esta sociedad, unión de países que llamamos España. Perdone mi osadía y mi descortesía, pues aún no me he presentado. Mi nombre es Antonio José Rodríguez Martín y soy una mala persona, pues se unen en mi las tres peores características de un ciudadano. Soy andaluz, de esos que según usted, no pagan impuestos y por tanto, supongo que quería decir que es usted quién me ha pagado mis estudios, mis carreteras, que diariamente utilizo para ir a mi trabajo y por su puesto, esas magníficas redes de metros y trenes, que unen cada punto de mi bendita tierra. Pero como le decía antes, soy una persona deleznable, en vez de usar esas magníficas redes, que usted con sus queridos amigos me han pagado, uso mi vehículo contaminando el medio ambiente.
También, para su conocimiento, tuve la osadía de aprobar las oposiciones al cuerpo de enseñanza secundaria, otras de las cosas de las cuales me avergüenzo, pues soy uno de esos "personajillos" que dediqué gran parte de mi juventud en obtener el título necesario y luego preparar las oposiciones y ahora soy un desgraciado privilegiado, cuando hay ciudadanos que no encuentran un trabajo, yo tengo uno fijo de por vida. quizás la culpa de que el resto de ciudadanos no tengan empleo es culpa mía también, ya que sus colegas los "pagaimpuestos" políticos no tengan culpa de nada. También es culpa mía que los bancos y demás poderes económicos estén presentando beneficios y saneándose a pesar de esta crisis que está acabando con familias enteras que no son capaces de llegar a fin de mes, pero eso quizás también sea culpa mía pues aún no me he apretado el cinturón lo suficiente, ¿no cree...?.
Y por último, ya casi inconfesable, soy cristiano (esto ya es para que me denuncien) y mi gran delito es creer en el amor al prójimo, en pensar menos en uno mismo para poder pensar un poco más en el otro, pero claro, no estoy nada de acuerdo con el aborto y la eutanasia y eso querido señor mío es, hoy día, de facha cuanto menos ¿Verdad?

PD: Se me olvidaba, también soy un enganchado al tabaco, de esos que fuman en los parques. ¡Por Dios! uhh... perdón ¡por el estatut!

lunes, 20 de septiembre de 2010

¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor!


El pasado sábado, beatificaron a Madre María de la Purísima, entre los testimonios que leyeron de su vida, hubo uno que me llamó poderosamente la atención. Cuando María de la Purísima supo que se acercaba la hora (tenía un cancer en fase terminal) ella sólo contestó con una valentía y una fe absoluta: "¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor!..."
testimonio como los de María de la Purísima son más necesarios que nunca, en un mundo, que parece cada vez más perdido y sin rumbo fijo, yo que conozco el convento de la cruz, de Sevilla, doy testimonio de la alegría de estas mujeres que han decidido libremente dedicar su vida por completo a los demás. Desde este humilde blog, quisiera rendir un sincero y público homenaje a estas personas que, sin interés personal alguno, dan su vida para mejorar la vida de los demás. Gracias por vuestros testimonios de vida.

viernes, 2 de julio de 2010

¡Soy Funcionaria!, y por ello yo me acuso...


Hoy he recibido este correo que quería compartir con vosotros:



sábado 15 de mayo de 2010
SOY FUNCIONARIA
Anoche entré en Internet para tomar el pulso a la opinión pública, para saber qué piensa la ciudadanía sobre los ajustes económicos del Gobierno. Con gran disgusto leí comentarios del tipo: "pero de qué se quejan, yo estoy parada", "Es que hay demasiado empleado público", "total, para lo que hacen..."....

Cierto es que, por suerte, no eran muchos pero sí suficientes para hacerme pensar que ¡ESTOY CANSADA!, parece que ser funcionario, en este país debe ser algo vergonzante, ¿llegará el día en que tengamos que ir a trabajar con pasamontañas para no ser reconocidos por nuestros vecinos?.

No lo entiendo, no comprendo que la gente trate de cargar sobre los hombros de otros las consecuencias de sus propias decisiones. Tengo compañeros de carrera que no soportaron la presión que supone preparar, año tras año, una oposición, ellos decidieron la vía rápida, no esperar, no lidiar con bolsas de trabajo, interinidades y oposiciones y que ahora me recriminan a mí el hecho de no desfallecer, de no cejar en mi empeño de conseguir un puesto de trabajo estable, en definitiva, de convertirme en funcionaria.

También conozco gente que decidió no invertir parte de su vida en adquirir una formación que les permitiera decidir sobre su futuro en mejores condiciones y también hay quien, cuando han estado ganando el doble que yo y sólo declaraban impuestos por la mitad, se jactaban de ello en mis narices.

Inicio este blog que, por suerte es gratuito, con la esperanza de que alguien pueda darme motivos suficientes para no bajar la cabeza cuando me preguntan en qué trabajo.


¿Hay alguien que pueda darme argumentos para no avergonzarme por el hecho de ser funcionaria?
¿Hay alguien que pueda explicarme por qué los que no son funcionarios están tan enfadados conmigo?

Mientras espero vuestros comentarios, busco formas económicas de protestar y he decidido usar la ironía.

YO ME ACUSO

Querida y cabreada ciudadanía española, yo, funcionaria inmunda, detestable chupasangre, parásito que vive a costa de vuestro sueldo, he decidido que lleváis razón. He visto la luz, soy mala, perniciosa, perezosa, inútil y una carga económica detestable para el país, por eso quiero pedir perdón y expiar mis culpas para poder vivir en paz conmigo y con vosotros, querido pueblo.

En estos días de bajada de salarios merecida, a juicio de algunos ciudadanos que opinan, "¿de qué se quejan, si tienen trabajo?". En estos días de comentarios tales como: "Pues lo único que se va a hacer es ajustar su sueldo al trabajo que realmente NO realizan".

En estos días, YO ME ACUSO.


Me acuso de haber dedicado muchas horas de mi vida a preparar una oposición para la que me pidieron un título universitario previo.
Me acuso de trabajar sólo por las mañanas, mientras malgastaba mis tardes en preparar apuntes y clases para mantenerme al día o asistir a cursos para manejar nuevas tecnologías con la única finalidad de motivar a chicos, cuyos padres no pueden atender como les gustaría.
Me acuso de dedicar los mejores años de mi vida a cultivar mentes, sin recibir a cambio otra cosa que insultos y quejas hacia mi horario.
Me acuso de soportar estoicamente la mala educación de jóvenes a los que NADIE les enseñó a pedir las cosas por favor o a hablar en un tono adecuado.
Me acuso de dedicar parte de mi sueldo a comprar los materiales que necesito en mi trabajo: equipos informáticos, calculadoras, manuales de consulta, consumibles de impresora,......
Me acuso de haber opositado en una comunidad distinta a aquella en la que nací y me crié.
Me acuso de haber pasado 7 años en expectativa de destino.
Me acuso de, en 17 años de servicio, haber trabajado en 3 comunidades, 4 provincias y 8 localidades distintas.
Me acuso de haber dilapidado gran parte de mi salario en pagar alquileres y traslados, dada la movilidad geográfica que mi trabajo me impuso.
Me acuso de haber hecho el esfuerzo que requiere aprender a hablar una lengua distinta a la mía, por el hecho de aprobar la oposición en una comunidad con lengua propia.
Me acuso de no tener poder adquisitivo para especular en el mercado inmobiliario.
Me acuso de declarar hasta el último céntimo que gano.
Me acuso de ser funcionaria y parecer el peor de los males que aqueja a nuestra economía.
Me acuso de la crisis, de la sequía de años anteriores, del húmedo invierno que ha pasado, del hambre en el mundo, de la ineptitud de nuestros políticos, de la avaricia de los bancos, de la irracionalidad de los mercados financieros, de la subida del IPC, de la disminución del PIB, de la subida del IVA, del agujero de la capa de ozono, de los pollos hormonados y de que los tomates de invernadero no sepan y huelan tan bien como los que se crían en la huerta del señor Mauricio.

A aquellos que piensan que los funcionarios somos unos privilegiados y que nuestra única misión en el mundo es amargar sus vidas por haber tomado la molesta decisión de cambiar sueldo por estabilidad, yo les digo:

"Señores, ustedes llevan mucha razón. Los funcionarios somos una casta insufrible".

Sufrido pueblo, yo os convoco, hago un llamamiento a la rebelión, ¡acabemos con ellos!. Acabemos con todos aquellos que se ocupan de la educación, del cuidado de la salud, de apagar fuegos, del cuidado de los bosques y jardines, del orden público, de realizar tareas administrativas en Ayuntamientos, Hacienda y demás organismos públicos.

Hagamos de la enseñanza un sistema privado, dejemos nuestra salud en manos de compañías aseguradoras que cobren a precio de oro la cura de un catarro, paguemos a empresas que cuiden de la seguridad ciudadana,......

Sí, hagamos eso, así TODOS estaremos en igualdad de condiciones y la ciudadanía podrá estar tranquila, pues de esta forma, cuando ellos tengan algún problema laboral, no tendrán que convivir con la insoportable idea de que hay gentuza que hizo una oposición para tener un sueldo modesto pero estable.