viernes, 29 de enero de 2010

Dar sin esperar

Esta semana he sentido miedo de verdad, he sentido esa sensación de impotencia que te lleva hasta la desesperación. En estos días he visto desde cerca, lo que todos intentamos apartar de nuestras vidas, el dolor. Pero siempre uno ha de buscar lo positivo de estas experiencias. Y claro que las hay, uno valora como nunca, en esos momentos, el sentido de la amistad. Es verdad que quien tiene un amigo tiene un tesoro y yo desde aquí os digo que tengo muchos tesoros pues he sentido de cerca vuestra presencia, he sentido vuestro alivio y ánimo. Gracias sobre todo a ti que estuviste en la noche más crítica a nuestro lado, fuiste nuestro faro en la noche más oscura, fuiste suave brisa en el ardor de la desesperación. Simplemente fuiste luz en nuestra oscuridad. no habrá adjetivos ni calificativos suficiente para poder agradecerte las atenciones y consideraciones que tuvimos de tu parte en aquella amarga noche. Gracias amiga.

domingo, 24 de enero de 2010

Encuentro del Viernes Santo

El pasado sábado 23 de enero de 2010 tuvo lugar un sencillo pero emocionante acto entre las dos Hermandades del Viernes Santo visueño. Este empezó en la Parroquia con la Santa Misa, donde el coro de la Hermandad de Jesús puso, de forma magistral, la parte musical. La Santa Misa fue presidida por el Vicario Parroquial Don Mario García Lobato. A continuación fuimos al salón de celebraciones Pitirri donde tras la cena se homenajeó dos personas significaticas para ambas hermandades. Dos personas, que como se dijo en el acto, aún sigue bien vigentes en la vida de nuestras Hermandades y ahora era el momento de darles este bonito reconocimiento.
En la Hermandad de Jesús se homenajeó a D. Jesús Cadenás Burgos, que ha sido el nazareno más veterano de nuestra Corporación Jesuita hasta hace apenas un par de años y que siempre ha estado atento a las necesidades de nuestra Hermandad. Ejemplo de responsabilidad y comportamiento para todos los miembros que la formamos.

Y en nuestra Hermandad de los Dolores se homenajeó a Doña Alcora Guerrero Burgos, dolorosa de proa y camarena enamorada de la Santísima Virgen desde tiempo ha. Que ha sabido y sigue transmitiendo este amor a la Madre de Dios a todo el que tiene a su alrededor.

Que Dios os bendiga a los dos y permita que durante muchos años nos sigáis transmitiendo estos valores de los que nos sentimos tan orgullosos y sepamos llevar a Nuestros Sagrados Titulares por bandera, allá donde vayamos como habéis hecho y estáis haciendo vosotros a lo largo de vuestras vidas.

lunes, 4 de enero de 2010

Herencia perdida

Quisiera saber cuántas personas vascas o gallegas o catalanas o valencianas o mallorquíes les han tenido que enseñar a hablar. Me pregunto esto, pues es muy típico, en esta bendita tierra que llaman de la luz o de la alegría, que a una persona le tengan que enseñar a hablar. Recuerdo ahora mismo los casos de Rosa ("triunfita"), de Reyes (jugador del Sevilla fútbol club) y Rocío Jurado (cantante). Claro está, nadie me podrá convencer que hasta que no consiguieron "la fama" estas personas no eran capaces de hablar o ¿es que alguien se cree que Reyes no hablaba con sus padres o vecinos?. ¿O a lo mejor Rosa se comunicaba con su gente a través de un lenguaje de signos que sólo y exclusivamente entendían los de su tierra?. ¿O la hija predilecta de Chipiona, que en paz descanse, quizás sólo se comunicaba con sus seres queridos a través de dibujos o escritos?. No amigos, no. Yo creo otra cosa, claro que Reyes, Rosa o la propia Rocío hablaban perfectamente con sus familiares y amigos, el problema estaba cuando tenían que hablar delante de una cámara o ante personas que no conocían, en ese caso se quedaban en blanco, no le salían las palabras, en ese caso hasta tartamudeaban o balbuceaban cosas ininteligibles...
Uno que ya lleva algo vivido y viajado (no todo lo que debiera y quisiera) siempre me acuerdo de una anécdota que viví en un pueblo valenciano, con una mujer de mediana edad. Esta mujer nos explicaba cuál era el menú para ese día y claro está, ni yo sabía valenciano ni ella era capaz de explicarme con cierta claridad, en castellano, cuál era ese menú. Menos mal, que entre los que allí estábamos había un valenciano hablante y él fue nuestro traductor.
Os cuento esta anécdota pues en ella se pone de manifiesto por qué a las personas valencianas no les tienen que poner una persona para enseñarles a hablar. Ellos han sabido defender la forma de hablar de sus mayores, ellos lo han defendido, como lo deberíamos haber hecho nosotros. Sin embargo, nosotros nos hemos dedicado a reírnos de Reyes o Rosa. Nos hemos dedicado a llamar "incultos", "analfabetos" o "pueblerinos" a estas personas que no eran capaces de expresarse de una manera "correcta". Nosotros, en definitiva, nos hemos reído, sentido vergüenza ajena, de su manera de hablar...
Os recomiendo que escuchéis una canción popular de la Comunidad Valenciana llamada "tío Canya" (en castellano es tío Caña) que cuenta la historia de un hombre de un pueblo valenciano que en plena dictadura va a la capital a "arreglar" unos papeles. Pero este hombre no sabía hablar castellano, claro está, cuando estuvo en Valencia se reían de él, pues consideraban al valenciano como un idioma de pueblo y por tanto, de gente "inculta". Tío Canya regresó a su pueblo sin haber podido "arreglar" dichos papeles y avergonzado por la actitud de sus convecinos. Sigue contando esta canción que con el paso del tiempo sus nietos fueron a la ciudad a estudiar en la Universidad. Esto hizo que sus propios nietos olvidaran el valenciano y que sólo supieran hablar en castellano, cuando volvieron a su pueblo a visitar de nuevo a su abuelo "el tío Canya", este no reconoció a sus nietos como nietos suyos (a pesar de ser personas con "estudios" y "cultas") ya que no era capaz de entenderlos.
¡Claro que ya no tiene sentido defender lo que hace tiempo que está perdido!. ¿Cómo es el idioma o dialecto o habla andaluz?... ¿Cómo se habla en Gradada? ¿O cómo se habla en Córdoba? ¿O quizás cómo se habla en Sevilla?
No amigos, ya no hay vuelta atrás, la guerra está perdida, podéis seguir llamando incultos, analfabetos o pueblerinos,... a aquellas personas que se avergüenzan de expresarse en público.
Ahora sí, recordad que le estáis llamando incultos, analfabetos o pueblerinos a vuestros propios abuelos.