viernes, 29 de enero de 2010

Dar sin esperar

Esta semana he sentido miedo de verdad, he sentido esa sensación de impotencia que te lleva hasta la desesperación. En estos días he visto desde cerca, lo que todos intentamos apartar de nuestras vidas, el dolor. Pero siempre uno ha de buscar lo positivo de estas experiencias. Y claro que las hay, uno valora como nunca, en esos momentos, el sentido de la amistad. Es verdad que quien tiene un amigo tiene un tesoro y yo desde aquí os digo que tengo muchos tesoros pues he sentido de cerca vuestra presencia, he sentido vuestro alivio y ánimo. Gracias sobre todo a ti que estuviste en la noche más crítica a nuestro lado, fuiste nuestro faro en la noche más oscura, fuiste suave brisa en el ardor de la desesperación. Simplemente fuiste luz en nuestra oscuridad. no habrá adjetivos ni calificativos suficiente para poder agradecerte las atenciones y consideraciones que tuvimos de tu parte en aquella amarga noche. Gracias amiga.

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